Molinos de viento
Molinos de viento
06.10.2012 18:23
LOS MOLINOS DEL CERRO DE SAN ANTÓN
Los campos de trigo se sucedían unos tras otros hasta el infinito. Algunas veces se nos aprecia un montículo en el horizonte, coronado por una fila de Molinos de viento que nos hacían pensar naturalmente en el héroe de La Mancha
Charles Davillier: Voyage in Espagne , crónica del viaje por España junto a Gustave Doré en 1862.
Este Molino sobre el cerro de San Antón, que pudo ser Gigante embestido por la lanza del Caballero en su más famosa aventura, y que la imaginación romántica identificó como elemento indisoluble de nuestro paisaje, fue también un singular ingenio mecánico ligado históricamente a la economía agraria de la comarca.
Del mismo modo, más allá de las sensaciones que recrea la lectura del Quijote y la literatura de tantos viajeros sobre La Mancha, el paisaje de esta tierra es el legado de una intensa interacción, histórica y actual, de factores naturales y humanos.
Es un paisaje marcado por la horizontalidad del terreno; por el clima riguroso; por la presencia del agua en múltiples tipos de humedades en los que habitan sorprendentes comunidades de Flora y Fauna; por las extensas superficies de cultivos de secano y regadío, salpicadas en ocasiones por encinas centenarias que velan el paso del tiempo; por rebaños de ovejas, caminos, puentes, carreteras y ferrocarriles; y por pueblos , quinterías y edificios industriales, como este molino, por cuyos ventanucos dispuestos en círculos entran los vientos y podemos recorrer, percibir, interpretar y soñar la amplia e inmensa panorámica de La Mancha, hasta donde alcanza la vista.
LOS MOLINOS DE VIENTO: LAS MÁQUINAS GIGANTES
Los Grandes Gigantes que viera Don Quijote en las aventuras con que Cervantes hiciera famosa La Mancha, son en definitiva, -liberados de sus connotaciones literarias- , máquinas preindustriales para moler el grano y originar harina aprovechando la energía de la naturaleza.
En Castilla-La Mancha podemos encontrar dos tipos de molinos principalmente: el de agua y el de viento, ambos consecuencia de la morfología.
El molino de viento tiene un origen incierto apuntándose ya, entre otros, su conocimiento por griegos y musulmanes, aunque la teoría más extendida es la que lo vincula a algún ingeniero de la Europa Occidental del siglo XII. En España ya se encuentran algunas referencias a estos ingenios mecánicos durante la Edad Media en una autorización de Pedro II de Aragón para su construcción (1200), en El libro del Buen Amor de Arcipreste de Hita (1330), y en una licencia de Don Juan Manuel a Chinchilla de Montearagón para edificarlos en 1368.
Montículo desde donde se controla una panorámica amplísima de todos sus alrededores permitiendo, en los días más claros, divisar elementos realmente lejanos. Un lugar privilegiado donde podemos encontrar a lo largo de su extensión diversos elementos de interés como es el antiguo Polvorín o las antiguas Canteras.